Nuestra Directora Ejecutiva, Verónica Hoffmann, conversó con la revista alemana Cóndor, abordando en un perfil humano aspectos de su trabajo en la conducción de Fundación Chile Unido, como también de su vida personal.
Los invitamos a conocer en este relato de la periodista Karla Berndt los detalles de la entrevista.
“POR UNA SOCIEDAD Y UN PAÍS MÁS HUMANO”.
Verónica Hoffmann Cerda, nacida en Santiago en 1963, es desde 2010 directora de la Fundación Chile Unido, la que desde hace 26 años contribuye a una sociedad más humana a través de sus diversos programas. Esto incluye el acompañamiento a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, el cuidado de la vida del que está por nacer, el fortalecimiento de la familia como núcleo fundamental de la sociedad, y la promoción de la Conciliación Vida Personal, Familia y Trabajo, en los contextos laborales.
“Las iniciativas y los Programas Sociales que se llevan a cabo desde la Fundación son para mí, muy motivadores y humanos”, dice Verónica.
“El futuro lo miramos al interior de la Fundación, con bastante esperanza. Desde los miembros del Directorio, todo el grupo humano que conforma el equipo, las voluntarias y todos aquellos que de una u otra manera van aportando para hacer de la Fundación una real y concreta ayuda para tantas personas que lo necesitan, sin duda alguna compartimos la visión de un horizonte de crecimiento, de mayor impacto social, de que cada nuevo año estemos brindado más y mejores apoyos, con el propósito de seguir contribuyendo a una sociedad y a un país más humano”.
“Un equipo comprometido y cohesionado logra enfrentar diversos desafíos trabajando en conjunto, teniendo siempre presente hacer todo lo que esté a nuestro alcance para lograrlo”, resume Verónica Hoffmann. “Agradezco y tengo los mejores recuerdos de las personas con las que me ha tocado trabajar y trabajo actualmente. Cada una de ellas, jefaturas y equipo en general, han dejado un crecimiento personal en mí y han sido fuente de inspiración”.
Antes de asumir la dirección de la fundación a los 46 años, Verónica ya había adquirido amplios conocimientos y experiencia a través de sus estudios y su carrera. Estudió primero Educación Matemática, luego Ingeniería Comercial y realizó un Programa avanzado AMP en la Universidad de Los Andes, durante el cual asistió al IESE Business School en Barcelona: “Una experiencia que sin duda te abre la mente de manera globalizada, donde resolver casos era la forma de perfeccionarse y actualizarse. Todo un trabajo en equipo que se valoró mucho”.
Su primera experiencia profesional la desarrolló en el ámbito comercial y de relaciones públicas en un hotel boutique del centro de Santiago. Estas experiencias le proporcionaron estrategias comerciales y el conocimiento y flexibilidad para tomar decisiones, especialmente en esta industria donde las oportunidades de negocio cambian diariamente. “Después de una experiencia de 12 años, se me dio la oportunidad de trabajar en un Head Hunter, donde por 7 años lideré la búsqueda de más de 300 cargos para diversas empresas”.
El apellido alemán de Verónica Hoffmann proviene de su abuelo Waldemar Hoffmann, quien nació en septiembre de 1904 en Görlitz, la ciudad más oriental de Alemania. A los 19 años decidió viajar en barco desde Hamburgo a Chile y en Antofagasta conoció a María López, “nuestra abuela chilena, cuyo único hijo fue nuestro padre, Rodolfo Hoffmann López”. Ingeniero Comercial de profesión, estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en Boston.
La madre trabajó inicialmente como secretaria y luego siguió una carrera en relaciones públicas. “Somos 4 hermanos, el mayor es hombre y luego 3 mujeres, todos muy trabajadores, pues con el ejemplo, nuestros padres nos inculcaron la responsabilidad, el esfuerzo, el sentido familiar y los valores”, enfatiza Verónica.
No es de extrañar entonces que para ella y su marido Juan Pablo Risopatrón, con quien lleva casada casi 40 años, la familia sea siempre el centro. “Para nosotros dos los momentos vividos en familia son y siguen siendo algo muy especial, que nos llena el alma. Hemos formado una preciosa familia junto a nuestros 4 hijos: un hombre de 37 años y tres mujeres de 35, 31 y 29 años, que a su vez han continuado su vida con cuatro bellísimas personas, nuestra nuera y yernos, que han hecho crecer esta familia, a la que han incorporado ya 7 nietos y viene el octavo en camino para nacer en septiembre”.
En su tiempo libre, a Verónica le gusta hacer deporte, leer mucho y disfrutar de la naturaleza para dejar volar su mente y sin la rutina de la vida cotidiana. Pero “la familia, y lo amigos siempre en mi corazón han tenido un espacio especial, soy muy querendona, y hoy en día los nietos nos roban el alma con mi marido, por lo mismo todo el tiempo vivido y por vivir junto a la familia y amigos, siguen siendo los momentos más valorados y buscados para disfrutarlos, estando muy conscientes que la vida pasa muy rápido. Agradezco la vida que he vivido, con sus alegrías y penas, pero finalmente una vida acompañada de amor, familia, amistades y espiritualidad”.